sábado, 13 de abril de 2013

ARBORETUM FORESTAL. INSPIRACION

Antes de entrar en detalle, sigo con unos textos de introducción y que me inspirarón en su momento y una poesía de árboles, en este caso de Manuel Altoaguirre (1905-1959).
 

Desde mi vocación juvenil de forestal siempre he querido realizar un lugar donde agradecer a los árboles las alegrías que me han transmitido toda la vida, por eso el arboretum.
 

Algún día de otoño lluvioso y observando el color llamativo de un árbol, escribí:

Elige un árbol, obsérvalo, mira su tronco, las ramas, las hojas, los colores.

 Abrázalo, cierra los ojos y respira profundamente, siente la unión.


¡Te hechizó!


Nunca podrás olvidar los
árboles.




Hace mucho tiempo me impactó un texto sobre el PAISAJE de Manuel Altoaguirre (1905-1959)

Inválidos los árboles, mostraban
tantas heridas como primaveras;
el campo de batalla de los siglos
cruzó bajo sus plantas y sintieron
un roce de llanuras fugitivas
 
Firmes los troncos, aunque mutilados,
con menos ramas pero no vencidos,
héroes gigantes, con tal brío crecieron,
a pesar de sus miembros desgarrados,
que horizontes de un verde pensativo
sobrepasa sus altivas frentes

Así de silenciosos recordaban
gestas de frondas contra vendavales,
sueños de juventud siempre en la cima
ya la sombra de tantas esperanzas,
dentro del tronco, las desilusiones
en la dura madera de otoño.

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