martes, 29 de enero de 2013

QUE SERÍA DE MI VIDA SIN LOS ÁRBOLES. DENDROTERAPIA

QUE SERÍA DE MI VIDA SIN LOS ÁRBOLES.

Mi amigo Carlos me invitó a volver a la finca más alta de Mallorca a ver “nuestro” bosque, (yo sólo ayudé un poquito). Paseamos por la zona, ya no eran aquellos planteles para repoblar, era un verdadero bosque. Paseé por debajo de su sombra. Y eso era, entre otras cosas, por que ya hace mucho tiempo que estoy cuidando de los árboles y de los bosques.

En ese momento, recordé que dentro de pocos días cumpliría 20 años en las islas, trabajando por y para cuidar los árboles y los bosques en sus diferentes facetas, gestión forestal, plagas forestales, repoblaciones forestales, incendios forestales, etc.
 
Yo amo a los árboles desde siempre, ya que desde mi infancia los veía crecer desde la ventana de mi habitación y más tarde pude conocerlos en profundidad durante mis estudios como Ingeniero Técnico Forestal y en mis viajes a los montes y bosques, del Pirineo y de otras cordilleras, a las que subí a sus puntos más altos, Peñalara, Almanzón, Urbión, Aneto e incluso el Teide.

Llegué a Mallorca el 27 de junio de 1990, y desde entonces he tenido el privilegio de recorrer todos y cada uno de los términos municipales de las islas, he subido a los puntos más altos de cada isla: Monte Toro (355 m. Menorca), Puig Major (1445 m. Mallorca), Na Popia (352 m. Dragonera), Na Picamosques (172 m. Cabrera), Sa Talaia de Sant Josep (475 m. Ibiza), Sa Mola (192 m. Formentera).  

Ayudé a plantar unas 1.000 Ha de bosque en Baleares con el programa de reforestación.

He colaborado en la delimitación de los encinares de Baleares a escala 1:5000, durante más de cuatro años, lo que me ha permitido recorrer los bosques de encinas de todas las islas, desde los bosques de Menorca, a los frondosos de la Sierra de Tramuntana, como Ternelles, Ariant, etc., también he recorrido los encinares del llano de Mallorca, y he podido ver la mayor parte de los pies de encina de Ibiza, a los que hemos realizado una ficha de cada uno de ellos, incluyendo los de Formentera, que hay dos rodales de árboles de encina.
 
He podido ver los árboles más grandes y los más recónditos, y encontrar las especies más escasas, como el Pinus halepensis var. Cecilia, del cual he tenido el honor de realizar la ficha del bioatlas y publicar un artículo de su posible uso en jardinería y paisajismo.

He realizado informes sobre árboles singulares de Baleares, pudiendo ayudar a salvar el Pi Ramut, uno de los pinos más raros de las Islas. Aunque también hemos visto morir árboles como el Pi Gros de Santa María, o unos Pinus pinaster de Menorca.

He localizado casi todos los Alcornoques (Quercus suber) de Mallorca y Menorca. Y otras muchas especies raras y escasas. Hemos medido un olivo en Can España (Ibiza), con 10’81 cm de perímetro.

Me he fotografiado con los árboles más bonitos y grandes de muchos de los lugares a los que he ido, Abies pinsapo de la Sierra de Ronda (Málaga), Sequoia sempervirens de La Granja (Segovia) o de los Jardines de Aranjuez (Madrid), o con el Taxodium mucronatun y los Aesculus X Carnea del Retiro de Madrid, el Pinus uncinata de Turixent (Parc Nacional d’Aigüestortes, Lleida), los Acebos de La sierra de los Ancares en Lugo, mi querido Tejo de Canencia, sin olvidar las Pseudotsuga menziesii del mismo lugar, o el Ginkgo biloba del Parque del Oeste al que me abrazaba después de cada examen, el famoso Drago de Icod de los vinos, en Tenerife, (Islas Canarias), o subido entre las ramas de un Fagus sylvatica en los hayedos más septentrionales de España, en Segovia, o rodeando un Cedro 8 personas en Luchon, Francia, o los Tejos de las Brañas en Cantabria, o un pino piñonero que mi sobrino abrazaba en el parque del Capricho, junto al árbol de la vida, por poner unos ejemplos.

Aquí en Baleares, con pinos como en Raixa, Pi Gros, encinas singulares de Menorca o de Aumallutx en Escorca, Olivo en Ibiza, Arces opalus, en la finca de Balitx, etc. Con árboles tropicales grandes y diversos como Ficus spp. en Sevilla, Valencia y en el Jardín de adaptación de plantas tropicales de la Orotava, en Tenerife, (Islas Canarias), por poner otros ejemplos.

No me puedo olvidar de la Taiga de Noruega, ni de los bosques tropicales de Méjico, o los bosques densos del centro de Europa o del Hayedo-abetal de los pirineos, ni de los pobres árboles aislados en zonas subdesérticas de Marruecos.

A veces me tengo que escapar unos días a ver colores otoñales o brotaciones primaverales, perdiéndome en los valles más ocultos del pirineo, y allí me abrazo a un árbol durante un rato inolvidable (es mi Dendroterapia, que me devuelve la energía y la ilusión de vivir).

En mi cabeza queda la ubicación de muchos de los árboles que he buscado, y las sensaciones y olores de cada lugar.

Por mi amor a los árboles y a la naturaleza, quería mostrar a la población de las Islas, una representación de los árboles del mundo y por eso realicé un proyecto de Arboretum Forestal para que se ejecutara en un monte público de Mallorca, en Menut. Son 129 especies de los 5 continentes, incluyendo una rocalla de las 4 islas grandes de Baleares, con plantas endémicas de cada una de ellas.

Este proyecto fue mi pasión durante más de 2 años, me ilusionó que se pudiera ejecutar como así me lo prometieron, pero se quedó en “standby”, porque se habían seleccionado  especies que no eran autóctonas. El objetivo era mostrar especies de todas las partes del mundo a la gente que no ha tenido la suerte de poder viajar. Y así conocer y amar a los árboles y a los bosques.

Debido a este, mi proyecto, y durante mucho tiempo, viajé en mis fines de semana y vacaciones, para conocer Jardines Botánicos y Arboretum de España, Francia, Inglaterra, Holanda, Suecia, Noruega, Portugal, etc. He estado en 4 continentes y en todas y cada una de las Comunidades Autónomas de España, aprendiendo de los árboles.

Fui acompañado por mi tutor y amigo, Santiago Soria, Subdirector de parques y jardines de Madrid, y que durante su época de Jefe de Patrimonio Nacional, proyectó un Coniferatum (Jardín de Árboles de coníferas), ubicado en los Jardines de la Granja de San Idelfonso (Segovia) y que además me mostró el Arboreto Luis Ceballos, en el Escorial, o el Jardín de Aranjuez.

También pude disfrutar del Real Jardín Botánico Juan Carlos I de Alcalá de Henares, junto a su apasionado director, quien me ilustró durante más de 4 horas. 

Sólo me gustaría que en mis 23 + 5 años que me quedan de vida laboral, pueda sentir la sombra de los árboles del Arboretum forestal de Menut, al igual que lo sentí en los árboles del Puig Major y poder realizar la Dendroterapia en ellos.

Mientras, estaré disfrutando de los beneficios indirectos de los árboles, como el  oxigeno que proporcionan, la sujeción del suelo, evitando la erosión, disminuyendo el efecto del viento, mejorando la infiltración, creando suelo, disminuyendo el efecto invernadero gracias a su captación de Co2 en su madera, etc.

Siempre estaré aprendiendo de ellos, viajando y conociendo más jardines y bosques de otros lugares y proponiendo nuevos proyectos en los que los árboles serán la figura principal.

Escrito el 23 de mayo de 2010, en Palma
Luis Núñez Vázquez


Buscando fotos de árboles, en lo que queda de las copias de mis discos duros, que se han estropeado, he encontrado este artículo, que demuestra mi pasión por los árboles, montañas y plantas (y eso que no he hablado de los insectos, ni de mi afición por las flores pirenaicas), por lo que os lo adjunto, para que veáis que es algo que esta dentro de mí.
 
Ahora tendré que buscar y hacer un recopilatorio de las fotos junto a los árboles que he descrito, (ya habéis visto alguna, por ejemplo las del Abies pinsapo y Abies alba), además del Arboretum y de las montañas.
 
Supongo que alguien, después de leer este articulo, se habrá dado cuenta de que no vivo en los Pirineos y que la primera frase del blog era EL PIRINEO, MI MUNDO.......
 
 
 

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